Cómo afectan las nuevas medidas del Gobierno de Milei a las familias

Interés general 06 de enero de 2024 Por Leandro Barni
Los nuevos artículos modifican diferentes aspectos de la vida cotidiana de los argentinos e impactan directamente al bolsillo. Las repercusiones en las calles del DNU y la Ley Ómnibus.
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La reacción de una familia ante las acciones anunciadas por el Gobierno de Javier Milei. Preocupaciones, dudas, incertidumbre, y diferentes posturas de la gente.

En lo que va de su Gobierno, Javier Milei ya firmó dos Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU). El primero a horas de recibir la banda y el bastón, fue para aplicar su motosierra sobre la estructura de Gabinete, dejando solo nueve ministerios. El segundo, anunciado por Cadena Nacional, fue mucho más controvertido y empezó a regir desde el martes 2 de enero: tiene como fin desregular la economía, derogar cientos de leyes y avanzar con cambios laborales, derogación de la Ley de Alquileres, desregulación de las obras sociales y habilitación de las privatizaciones.

Si bien el Poder Ejecutivo está facultado para usar esta herramienta legislativa, solo deben utilizarla en casos de urgencia y emergencia. El uso que hizo Milei de esta atribución pone en evidencia la voluntad de Milei de esquivar el proceso legislativo tradicional, lo que viene planteando cuestionamientos sobre su legitimidad y transparencia de las decisiones de gobierno en este nuevo mandato. 

La forma y su alcance plantean numerosos interrogantes. Los más evidentes: ¿la gente aguantará sin reaccionar? ¿hasta cuándo? ¿Cómo puede ser la reacción?

El gobierno libertario recién lleva un mes y las cantidades de medidas empezó por el supermercado y el surtidor de combustibles, para luego trasladarse a los trenes, colectivos, luz, gas, prepagas y cuotas de los colegios. Todo eso con los ingresos más bien congelados. 

Los expertos refieren de un diciembre y enero amortiguado por el aguinaldo, reacción en febrero, en marzo al inicio escolar y también de dificultades a esa reacción por una desorientación y falta de oposición con autoridad y un sector de la población que no solo respalda a la administración central sino también a las medidas. El Ciudadano pidió la opinión de ciudadano que transita por nuestras calles. Por supuesto, los interrogantes plantean dudas, polémicas y posiciones distintas. 

Las medidas han provocado inicialmente entre desazón e incertidumbre sobre el impacto del DNU. Lo único que la gente no duda es que todo sigue saliendo más caro. Entonces lo que queda por verse es cuanto más caro será vivir. 

“Hay que aguantar, dos, tres meses, un año. Lo que está caro no se compra y listo. La carne va a bajar solita. Yo sé que hay gente que lo puede sufrir un montón, pero era necesario”. Es la voz de un hombre que camina por un barrio porteño y es interceptado por un cronista de una canal de noticia que está midiendo el clásico termómetro de la calle en los primeros días del 2024. 

El presidente saludó en cadena nacional advirtiendo que si obstaculizan sus planes –un mensaje al Congreso Nacional- habrá “una catástrofe de proporciones bíblicas”. Su mensaje insiste en el primer esfuerzo necesario, la asimilación del shock y aguantar, eso mismo que dice el entrevistado en CABA. 

A la espera de las distintas bifurcaciones por los que pueda pasar la aprobación o rechazo del DNU y el tratamiento del proyecto de Ley Omnibus, el contenido resulta inabarcable y esa podría ser una de sus fortalezas. Va directo al hueso de la desregulación.

El proyecto de la Ley Omnibus apunta a temas como la  criminalización de la protesta, la modificación de los parámetros de la legítima defensa o la actual ley de salud mental. 

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La calle y sus voces
María del Carmen, una empleada doméstica, se lamentó por las medidas anunciada por Milei. “Están robándonos desde el gobierno, a los laburantes nos terminan de sacar todo. No sé qué nos esperan. Si tengo que trabajar todos los días con lo que va a salir el boleto, no podré seguir. Encima en verano salir a trabajar con lo que se demoran en pasar los colectivos”. Y agregó: “Congelan los sueldos, las paritarias siempre se demoran… ¿Cómo vamos a pasa el verano y después volverá a aumentar todo? 

Alejandra quien estaba en la entrada de la estación del ferrocarril como Testigos de Jehová se animó a salir del cuidado discurso religioso y se abrió: “Está muy difícil para todos. Estaba predicando y en una casa unas nenitas me preguntaron si tenía zapatillas o algún vestidito. La verdad que las cosas no les están alcanzado a la gente.

Nos regimos por el código moral bíblico y también económico. Sabemos lo que va a venir. Estamos preparados para esto y momentos más difíciles que van a venir. No solo acá sino a nivel mundial”. Y su compañera, de mayor edad afirmó: “Estamos para ponerle el pecho a las balas. Nos pasan las mismas cosas, no estamos en una burbuja. No es fácil ser Testigo de Jehová. Hay que obedecer las altas leyes”. 

La preocupación no es solo para el religioso o el consumidor final. También los comerciantes tienen incertidumbre por lo que vendrá. Una joven rubia que trabaja en una panadería en inmediaciones de la Estación y marca un panorama. “Del DNU lo único que entiendo que se traduce en aumentos de los productos.

Fue del 15 por ciento con respecto al mes anterior. No se sabe cómo mantener por los aumentos de los proveedores: la harina, está carísima igual que otra materia prima como manteca y chocolate. Depende mucho de eso, sinceramente”, dijo mostrando una hilera de dientes grandes y perfectos. 

Maderera Llavallol RGB

Lo que sucede a una joven pareja de Misiones pero que se instalaron hace unos seis meses en  Virrey del Pino y se vino a hacer un control de una beba recién nacida en el Hospital de la Cuenca Alta. “Se haya votado bien o mal tenes que seguir trabajando como con todos los presidente que no te traen la plata a tu casa. Voté a Milei sí, pero por cumplir con el deber ciudadano”, contó Jonathan de 25 años, un peón de albañil, con su compañera Agustina, de 27, y un hijo de 4, mientras esperaban un colectivo en la Terminal, donde el ambiente estaba embalsamado por el calor y los gases de unos micros que llegaban. “Igual las cosas no van a cambiar por más gobernante que tengamos y recibamos alguna ayuda del Gobierno como es la Asignación. Ojalá llegue alguna mejora”, dijo la joven madre con la voz tranquila. 

Mirando el reloj y sentada en un macetero estaba Marcela, una auxiliar de cocina escolar de un jardín de infantes y que vive en la Ruta 3. “Pienso en positivo. Un tiempo vamos a estar así, pero después se va a levantar. No me arrepiento de haber votado a este gobierno pero lamentablemente veo que Cañuelas está atrasada en algunos aspectos”. 

Brenda habló de la preocupación de su pareja, de 35 años, que trabajaba en Mercedes Benz hace 15 años. “Es un sector el automotriz que está siguiendo de cerca lo que pasa y si hay despidos”.

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