La disputa en la Comisión Directiva del ‘Tambero’ está más caliente que nunca. A la salida de Juan Manuel Capistrano, el hombre más fuerte del fútbol, se le sumó el testimonio de Ezequiel Morales, quien acusó a varios dirigentes por la desatención ante un problema personal que se agravó. El ‘Tanque’ volvió a marcar la grieta entre los dirigentes de la sede de la calle Lara y la gerenciadora comandada por Miguel Plasencia.

La salida de Capistrano hizo ruido y en su carta redactó: “El club está por encima de algunos nombres”. El Vice y encargado del Fútbol Profesional, estará ausente hasta el final del campeonato y será reemplazado por el secretario Santiago Gabrielo y el presidente Marcelo Ponce.

Y si faltaba algo más, Morales, quien sufrió la fractura de tibia y peroné en la segunda fecha del Torneo Apertura contra Deportivo Merlo, sumó más leña al fuego. Su rehabilitación fue dura, volvió a visitar el consultorio por una falla en la primera cirugía y sufrió un injerto de hueso en la zona. El delantero apuntó contra el dirigente y sus laderos: “Hace meses que no me pregunta si necesito algo, al igual que el resto de la Comisión, hubo una desatención muy marcada. Los únicos que están pendientes de mi día a día son los cuerpos técnicos de Gastón Díaz y Rolando Bertolini”.

Morales llegó con la idea de ser el goleador del equipo y de hecho anotó en el primer triunfo ante Ituzaingó. Por la lesión, quedó relegado. “A nadie le gustaría estar en mi situación. Tuve que pagar estudios y la larga recuperación. Los únicos que me dieron una mano con eso fueron los gerenciadores. Aparte, son los que acompañan al plantel en las buenas y en las malas”.

“Ahora tengo que arrancar de cero. No podía ni trotar. Gracias al preparador físico de Bertolini, Héctor Cóceres, me pude hacer ver por el médico Fernando Macías”, le dijo el ex Camioneros a El Ciudadano.
Desde hace rato que se habla del problema de comunicación entre los dirigentes que comandan al club y la gerenciadora que administra al fútbol. La elección de Fabián Zermatten en el cargo de técnico y varias cuestiones, como la de Morales, terminaron de quebrar la relación.

Mientras se define el rumbo en cuanto a la organización de la institución y el equipo sigue dando pelea para salir de la zona de descenso, Morales analiza lo que se viene para él: “Voy a seguir siempre y cuando continúe la gerenciadora y haya cambios por parte de los dirigentes hacia los jugadores. Tengo ganas de jugar en el Arín, siendo nuevo, la gente me recibió muy bien”.