Fernando Sánchez, de Cañuelas al fútbol de Italia

San Nicola Da Crissa es uno de los rincones históricos de la vieja Calabria. En el medio de las montañas, se levanta la Chiesa Di Rocco, la Serra San Bruno y el Monterosso, que ofrece una de las vistas privilegiadas de toda Italia.  Hasta ahí llegó Fernando Sánchez, referente del fútbol en Máximo Paz y recordado por el ascenso en Cañuelas, de la ‘D’ a la ‘C’ en 2014, que lo tuvo como goleador y figura con 17 goles en 17 partidos.

Sánchez, de 29 años, cruzó el charco para ponerse la de camiseta Wanderers y también jugó en Sportivo Barracas y Armenio. Además, pasó por el fútbol boliviano, en el Real Warnes, y luego de la pandemia se fue a probar suerte a Matienzo, de la liga local de Córdoba. Ahí, luego de destacarse ante la presencia de algunos futbolistas como los hermanos Abel y Andrés Soriano (con pasado en varios equipos del Ascenso) y Gonzalo Castillejos (ex Rosario Central), despertó el interés de un representante, que lo recomendó a Europa. Ya instalado, el cañuelense espera calzarse los cortos para sumarse al plantel y participar de la primera práctica en el sur de la península.

“Nos sentimos honrados y orgullosos de que se una a nuestra familia”, publicó ‘Tuttocampo’, uno de los portales líderes en Calabria. “El chico ha jugado en su tierra querida primero con el Cañuelas, donde logró el ascenso y recibió el título de máximo goleador”, detalló ‘Vibospor’, que fue claro en el título: “El argentino Sánchez se encargará de los goles”. La exigencia será mayúscula. Es más, los socios e hinchas del club ya le pusieron apodo: el ‘Bombardero’.

–¿Cómo se dio tu arribo a Italia?
–Llegué mediante un intermediario que me vio jugar en la Liga de Bell Ville, Córdoba.  Matías Frattani, un ex compañero que actualmente está instalado en Europa, me recomendó y los agentes apostaron por mí. Ya estoy instalado en la ciudad, en un hotel, y terminando todos los detalles para empezar a entrenar. Además de mi sueldo, voy a contar con un trabajo acá mismo, así que estoy muy entusiasmado. No veo la hora de ponerme la ropa para mi primera práctica.

–¿Con qué equipo se compara el San Nicola?
–Es un club de pueblo que juega la Promozzione ‘B’. Me dijeron que llegaron a jugar la Copa Italia y por lo que se ve, es una entidad con mucha historia. Es como el Ascenso en la Argentina, pero con otra economía, je.

–¿Es el desafío más importante de tu carrera?
–Sin dudas. Pasé por varios clubes y así son las vueltas de la vida, de estar jugando un torneo regional, me vieron y terminé acá. Depende de lo que pasé en Italia, será clave para mi futuro y el de mi familia. Llego con toda la fe.

–¿Cómo hiciste con el idioma?
–Es complicado. Igual, acá hay varios argentinos, así que me manejo bien y  me hago entender. La ciudad es hermosa, tiene un casco antiguo imponente y vivimos en el medio de callecitas en subida.

–Italia es especial para los argentinos, ¿te nombran a Maradona?
–Sí, en todo momento. Lo primero que te dicen cuando se dan cuenta de mi tonada es hablarme de Diego. Acá se sienten muy identificados, porque si bien hay tres horas de distancia con Nápoles, la gente del sur del país tiene un apego a Diego por todo lo que consiguió con su club. Y bueno, al ser campeones del mundo, siempre preguntan por Messi y el resto de los jugadores de la Selección.

–¿Llegaste con la idea de jugar como un ‘9’ clásico?
–En mis últimos partidos estuve arriba como un delantero de área natural.  En sí, no soy referencia y me gusta salir a pivotear para fabricar el espacio y poder rematar al arco desde afuera. Mis mejores momentos fueron saliendo por la izquierda y llegando al rectángulo, pero como punta clásico no me está yendo tan mal, tengo un buen promedio de gol. Me adapto a todas las situaciones.

–¿Ya te pidieron goles?
–Me van a dar un premio por alcanzar los 20 tantos, es una de las cláusulas del arreglo y ojalá que pueda cumplir en el campeonato. Los delanteros vivimos del gol, es nuestro combustible, lo que nos potencia y nos anima a seguir. Al ser delantero, siempre te van a pedir que mojes. La podés romper, pero si en el resumen no cumpliste en la red, no sirve.

–¿Te sentiste cómodo en Córdoba?
–La verdad que muy bien, me costó irme porque le tomé cariño al club, pero me entendieron y me dieron esta gran oportunidad. Tengo las puertas abiertas ahí: hice 22 goles en 36 partidos. El Matienzo es un club muy ordenado, el ritmo de la liga me sirvió y no tengo dudas de que va a crecer con el transcurso de los años. Cuentan con el apoyo de los empresarios del campo y eso hace que varios jugadores de otras provincias se acerquen.

–¿Cómo fue tu experiencia en Bolivia?
–Buena. Al principio costó, pero me adapté sin problemas hasta que llegó la pandemia. Estuve en Santa Cruz, una localidad muy bonita. El fútbol ahí se está transformando y por la devaluación en la Argentina han viajado muchos chicos de nuestro país.

–Después de tu paso por el Cañuelas, tenías ofertas de la Liga Profesional y la Primera Nacional, ¿qué pasó después?
–El año 2014 fue clave para mí. Fui la figura en el ascenso más duro para el club. Y el más importante, porque fue el primer gran paso en la historia que por suerte siguió con otros técnicos y otros jugadores que también aportaron para dejar a la institución bien arriba. Después de ese torneo, estuve en la mira de varios clubes, como Huracán, y otros equipos muy importantes. Sinceramente, creo que no tomé una buena decisión y las cosas no salieron como esperaba.

–¿Estuviste viendo al ‘Tambero’ en este tiempo?
–Sí claro, siempre. Debuté en Primera, hice muchos amigos y conseguí uno de los ascensos más recordados. Es un club que quiero mucho, soy hincha y siempre lo tengo presente.

–¿Volverías?
–Es difícil, me une un gran cariño por todo lo que me pasé y en cada mercado de pases suena mi nombre, pero creo que mi ciclo ya se terminó ahí.