Le falló el sistema. No la escuchó la Justicia. Y el audio que se viralizó en las últimas horas genera indignación. María Isabel Speratti Aquino pidió ayuda a gritos. Participó de cursos de género, asistió a la fiscalía solicitando que cambien la carátula de “lesiones leves” a “intento de femicidio”, se presentó en la comisaría, fue a la marcha del 8M y contó su dramática historia en un grupo de WhatsApp que compartía con sus amigas. Todo quedó registrado y hoy, a sólo unos días de su entierro en el cementerio Campo Santo de González Catán, donde nació hace 40 años. Su voz la mantiene viva, pero marca el derrotero judicial que la llevó hasta la muerte.

El jueves, Gabriel Núñez asesinó a María Isabel. Le pegó cuatro balazos delante de sus hijos S. y T., de 17 y 13 años. Uno de los impactos le dio en el cráneo. Murió en el hospital de la Cuenca Alta Néstor Kirchner. Ahora, Romina dio a conocer un video en el que su hermana mayor cuenta su lucha.

"El juez me dijo y me prometió que me iba a poner un abogado de oficio para que me represente en la causa penal. Porque le dije que no me sentía representada por el fiscal porque nunca había cambiado la carátula, que la carátula está como lesiones leves siendo que esta persona quiso asesinarme", dice Speratti Aquino en referencia a Lisandro Damonte, a cargo de la UFI N°1 de La Plata.

Y agrega en su charla con el juez: "Le expliqué la lógica, le digo que esto no son lesiones leves, y si en todo caso fueran lesiones y no fuera una tentativa de femicidio agravada por el vínculo, en todo caso serían lesiones gravísimas. A un año todavía sigo con tratamiento psiquiátrico por estrés post traumático debido al intento de asesinato por el cual pasé".

María Isabel, que tenía un emprendimiento de artesanía con el que mantenía a sus hijos porque Núñez no le pasaba la cuota alimentaria, contó que vivió 20 años de “violencia psicológica”, que bajó más de 14 kilos en un mes, que no podía dormir ni comer y que salió adelante gracias a la medicación de la psiquiatra. Ahí mismo dice que su ex marido es un “psicópata”.

"Le dije: 'yo no soy solamente un cuerpo, yo soy mente y cuerpo, no soy un pedazo de carne'. No sabía dónde meterse", agregó de su charla con el funcionario.

"Vivo con miedo, vivo amenazada, si bien él no se volvió a acercar, ahora su familia me amenaza, me amedrenta a mí y a mis hermanas... ellos viven con total impunidad", contó en otro audio.

Y el 24 de junio del año pasado, explicó el incidente que tuvo con una de las hermanas de Núñez: "Intentó hacerme reaccionar para agarrarnos a trompadas. Incluso, me arrebató el celular y lo arrojó al suelo cuando estaba por activar el botón antipánico. Esto se debe a que los chicos no quieren revincularse con el progenitor ni con sus parientes".

María Speratti Aquino también narró otro disturbio que tuvo con los familiares de su ex marido: "El lunes llevé a una persona para que arregle la persiana del local y, más allá de las medidas cautelares que había, fui increpada de vuelta por la hermana del violento, que también es violenta. La tengo filmada".

Del mismo audio se desprende que sus ex cuñadas atacaron a sus hermanas, ya que las familias son de González Catán. “Las amenazaron de muerte, decían que iban a quemar la casa con ellas adentro”, disparó.

"Qué difícil, chicas, qué difícil... Luchar tanto para tener justicia y no tenerla", reflexionó en su grupo virtual. Y contó que la jueza de familia le pidió a sus hijos que le dieran “una segunda oportunidad al padre”. 

María Isabel intuía este final a medida que se le iban cerrando las puertas de la Justicia. “La voy a luchar con todas mis fuerzas mientras tenga vida”, dijo. La frase no pareció antojadiza. El propio Núñez la había amenazado el 16 de julio de 2021, cuando intentó ahorcarla con una toalla y terminó interviniendo la Policía. “Que quede claro que yo a vos te mato cuando quiero”, le había dicho su ex esposo.

La situación económica fue un impedimento, de acuerdo a la víctima, para no presentarse como “particular damnificada” porque no podía costear un abogado penalista. Se manejó en la fiscalía con la asistencia desde la Provincia de Buenos Aires. 

La mujer cuenta que se presentó en la fiscalía y accedió al informe psicológico de Núñez, al que le sacó fotos con su celular. “La descripción que hace es la de un psicópata: que no se conecta con las emociones, que no se responsabiliza por sus actos, que no tiene la más mínima autocrítica y que tiene ideas muy patriarcales. O sea, describe a un psicópata sin llamarlo psicópata. Pero, a su vez, recomienda que haga terapia individualmente”, se queja. 

María Isabel contó que pidió que peritaran el teléfono de Núñez, que le revisarán “el Google” para destacar la premeditación. No hubo caso. “Nunca me dieron  bolilla de nada. O sea, me subestimaron, me han ninguneado. Así todo el tiempo”, se lamentó. 

En el final del video, que tiene una duración de 11 minutos, reflexiona: “Todo cuesta arriba, todo complicado. Es como que estamos todo el tiempo nadando contra la corriente y con el agua al cuello. Algún día las cosas serán distintas, espero”.

No, no fueron distintas. Terminaron con su muerte, un final cantado por la cantidad de señales que dio y los pedidos de ayuda que nadie atendió. Su ejemplo debería servir para que no haya otra víctima de la desidia judicial.