“Bestia”, esa es la palabra con la cual se podría definir a un ladrón que el fin de semana pasado golpeó a una indefensa mujer que salía de su trabajo. Después de bajarla de un tirón de la bicicleta en la que circulaba, el delincuente la golpeó hasta fisurarle una costilla, con el fin de despojarla de su medio de transporte y de su mochila. Sin embargo, el malviviente no llegó a robarle objeto alguno.

La víctima fue identificada como Claudia Moreyra, una vecina de 33 años, que se desempeña como camarera de la parrilla ‘La Dominga’ de la Ruta 205, quien terminó con graves heridas y un susto que jamás olvidará.
El salvaje hecho de inseguridad tuvo lugar en la intersección de calles Salta y Las Heras, en el barrio San Ignacio, alrededor de la una de la madrugada del domingo 13 de noviembre.

Claudia había salido del comercio junto a su hermana, quien trabaja con ella en la parrilla. Después de haberla dejado en su casa, apenas algunas cuadras antes de llegar a su vivienda, en la zona del cruce paso a nivel, se topó de frente con un chico. A los pocos metros, la víctima fue abordada por el hampón, el cual logró alcanzarla tirándola de los pelos. La mujer había tenido una intensa jornada laboral y las piernas ya las tenía cansadas de haber estado parada por varias horas. Eso, sumado a la fuerza que ejerció el delincuente, no le permitió mantenerse arriba del rodado y simplemente cayó abatida sobre el suelo, boca arriba.

Si bien en algún momento el hombre le sujetó la mochila (donde tenía el celular, el dinero del sueldo que había cobrado ese día y otras pertenencias tales como su documentación) con aparente intención de robo, nunca le dijo una sola palabra ni tampoco se la sustrajo.

El ladrón, con un salvajismo extremo, la golpeaba una y otra vez a cara descubierta, amparándose en la gorra con visera que llevaba puesta y en que la zona es descampada, totalmente oscura. Según reveló la mujer, el implicado no tendría más de 20 años de edad y vestía una campera tipo fluorescente de color naranja, y una “gorrita” negra con rayas en la parte frontal.

Al principio, ella intentó zafarse y se generó un forcejeo. Pero cuando la mujer ya estaba en el piso, sin ánimos de seguir luchando, el hombre le puso su rodilla encima y le propinó fuertes golpes de puño en el estómago, el rostro y la ingle. En un momento, la mujer se quedó quieta del miedo. Segundos después, el agresor escapó sin llevarse nada. 

La víctima sospecha que el ladrón pensó que la había matado y cesó de su intento de robarle sus pertenencias. A su vez, señaló que un patrullero llegó a la zona segundos después, por lo que supone que el atacante lo habría visto y logró escapar. Lo cierto es que el malviviente, hasta el momento, no fue detenido y tampoco identificado, aunque la Policía ya inició la búsqueda intensa.

Actualmente, la mujer tiene principalmente uno de sus ojos comprometidos y siente mucho dolor en la zona abdominal a causa de la fisura que le provocó el sujeto en una de las costillas. Después de radicar la denuncia por el ataque, la víctima posteó en sus redes sociales un mensaje destinado a toda la comunidad cañuelense.

“La zona del paso a nivel es muy peligrosa, porque está oscuro y es un descampado”, advirtió Claudia, con el objetivo de alertar a los vecinos de la Ruta 205.