Tal como lo anticipó este medio en su anterior edición, el cañuelense Leandro Giménez tuvo recientemente su primer contacto con el Crespi 23 del HPC Motorsport, máquina con la que competirá en la próxima temporada de la histórica Fórmula 1 Argentina.

Esta primera prueba tuvo lugar en el circuito de Buenos Aires,  siendo el trazado número ocho el elegido por el equipo con base en Hurlingham y por consiguiente sobre el que el piloto proveniente del kart tuvo su primer contacto con una máquina con estas características.

Naturalmente Giménez se introdujo a un nuevo universo el cual es absolutamente diferente al que se desenvolvía en el mundo de la competición. De hecho tanto la potencia como la aceleración, las distancias de frenado, la velocidad final, la longitud de los trazados y por ende de las rectas e incluso la velocidad de curvas no guardan relación alguna con lo que estaba acostumbrado.

En este cuadro de situación, todo fue nuevo para el cañuelense en aquella primera relación con la pista sobre este monoposto con motor Audi 1.8.

La prueba consistió en unas cincuenta y cinco vueltas hasta que una persistente falla en la bomba de nafta obligó a la culminación de esta primera experiencia en el circuito capitalino.

“Fue muy bueno el entrenamiento y el auto me gustó mucho. Por ser la primera vez en todo, el balance fue bueno en general. Ahora queda ver la filmación para ver dónde mejorar, o sea hay que analizar todo lo que hice en pista”, comentó el piloto a El Ciudadano.

“El equipo me dio un gran auto, un auto de punta en realidad, por lo que estoy sumamente satisfecho”, admitió Giménez agregando: “Las primeras vueltas salí con algo de miedo, lo cual es normal para toda primera vez, pero vuelta tras vuelta lo pude ir conociendo y a medida que fueron pasando las vueltas me fui animando a más y pude lograr un buen tiempo que, en relación a los registros de la categoría, me permitiría estar en el pelotón de punta. Este fue recién el primer entrenamiento y aún queda mucho por aprender naturalmente”.

En cuanto a las sensaciones experimentadas al conducir un monoposto, el piloto comentó: “Es muy lindo manejar este tipo de autos y es algo totalmente diferente al kart, es mucho más técnico y más complejo de lo que creía y va más fuerte de lo que pensaba”.

“Hice seis trompos y cuando hacés uno parece que te vas a matar. Uno de esos trompos lo hice en la chicana yendo en cuarta a fondo y parecía que me iba a matar; pero para eso son las pruebas: para conocer límites”.

 Lic. Matías Folgueira – matiasf@elciudadano.com.ar