Le apuntan al Gobierno nacional por la crisis vial de la Ruta 3

El Colegio de Ingenieros de la Provincia de Buenos Aires (CIPBA) se pronunció sobre el estado de la Ruta 3, advirtiendo que no solo es la consecuencia de una falta de mantenimiento, sino también el resultado de una parálisis en las obras de infraestructura que afectan a toda la red vial del país.

En un comunicado oficial, el ingeniero Jorge Castellano, presidente del CIPBA, destacó que el deterioro de la infraestructura no es simplemente un estancamiento, sino un claro retroceso. “La red vial argentina está en crisis, y lo que hemos estado viendo no son parches, sino una acumulación de problemas que no se han resuelto a lo largo de los años. Las rutas no solo deben soportar el paso de vehículos, sino que también tienen que adaptarse a un crecimiento del tráfico, que es cada vez mayor”, enfatizó Castellano.

La Ruta 3, que conecta Buenos Aires con Ushuaia, es una de las más transitadas del país, especialmente por el transporte de la producción agroindustrial. A pesar de su importancia, la ruta aún mantiene tramos de calzada angosta, baches, obras inconclusas y una señalización deficiente, lo que genera un riesgo constante para quienes transitan por ella.

El estudio de la estructura vial se reflotó tras el trágico accidente del 13 de mayo que sacudió a la comunidad argentina. En el kilómetro 132 de la Ruta Nacional 3, a la altura de San Miguel del Monte, un choque frontal entre un colectivo de la empresa Cóndor Estrella y un camión dejó cuatro muertos y heridos. Este fatal siniestro se convirtió en un doloroso recordatorio de la precariedad de las rutas nacionales y de cómo la falta de inversión en infraestructura sigue cobrando vidas.

El accidente, ocurrido durante una madrugada con densa niebla, dejó al descubierto el deplorable estado de la ruta. Según testimonios de testigos y sobrevivientes, la calzada se encontraba en pésimas condiciones. La señalización era casi inexistente, el pavimento estaba desgastado y la demarcación de las líneas era débil, lo que dificultó la visibilidad para los conductores. Además, la neblina redujo aún más las condiciones de seguridad, generando un escenario casi imposible de transitar.

La palabra autorizada de Gustavo Arrieta 

Gustavo Arrieta, ex titular de Vialidad Nacional durante el gobierno de Alberto Fernández, también se refirió a la situación de las rutas nacionales, especialmente a la Ruta 3. En diálogo con El Ciudadano, Arrieta reconoció que la falta de obras es una de las principales causas del estado crítico de la ruta.

“Es indiscutible que el gobierno actual ha abandonado muchas de las obras viales que estaban en marcha. El tramo de la Ruta 3 entre Cañuelas y Las Flores es solo uno de los muchos ejemplos de esta parálisis”, dijo Arrieta. Además, detalló que cuando asumió la presidencia Alberto Fernández, la ruta ya presentaba obras en ejecución, aunque con problemas de financiamiento y de gestión.

El ex funcionario hizo hincapié en que, a pesar de las promesas de cambio, no se han llevado a cabo las obras necesarias para transformar la Ruta 3 en una autovía segura. “Las condiciones de la ruta son incompatibles con el volumen de tráfico actual. En el kilómetro 132, la falta de señalización y la banquina descalzada son evidencia de un abandono absoluto”, agregó.

Arrieta también mencionó que, en situaciones como estas, el error humano puede ser un factor contribuyente, pero lo cierto es que la infraestructura deficiente convierte cualquier equivocación en un riesgo mortal.

Tráfico y peajes

Según datos oficiales, la Ruta 3 sigue siendo una de las arterias más importantes del país, pero su infraestructura no ha evolucionado al ritmo del crecimiento del tránsito. En diciembre de 2024, más de 338.000 vehículos pasaron por el peaje de Cañuelas, cifra que representa un aumento significativo respecto a los 202.000 vehículos de 2005. El tránsito, en su mayoría compuesto por camiones y vehículos pesados, refleja un aumento en la actividad económica, pero también pone de relieve la necesidad urgente de una actualización de la infraestructura.

El sistema de peajes en la Ruta 3, a pesar de los aumentos anuales en la tarifa, no ha logrado financiar las obras necesarias para mejorar la seguridad. El Gobierno de la Provincia de Buenos Aires sigue cobrando el peaje, pero las mejoras continúan siendo mínimas en comparación con la magnitud de los desafíos viales que enfrenta el país.

Los proyectos

A lo largo de los últimos 30 años, los proyectos de infraestructura vial en la Argentina han sido marcados por la falta de continuidad y el desinterés político. Durante la presidencia de Carlos Menem, se privatizó gran parte de la red de rutas, pero el sistema de concesiones fue un fracaso rotundo. En la era kirchnerista, las obras fueron estatizadas, pero las inversiones fueron insuficientes. El gobierno de Mauricio Macri apostó por las asociaciones público-privadas (PPP) para financiar proyectos de autopistas, pero la crisis económica y la pandemia de COVID-19 paralizaron los avances.

El entonces presidente Alberto Fernández intentó retomar las obras viales a través de Vialidad Nacional, pero los avances fueron exiguos y los compromisos incumplidos. Hoy, el gobierno de Javier Milei propone una nueva estrategia, que consiste en entregar las rutas nacionales al sector privado, sin embargo, este enfoque genera dudas sobre su viabilidad y eficacia.

El choque fatal del 13 de mayo no fue el único incidente trágico en la Ruta 3. Apenas unos días después, un camión volcó en el kilómetro 97, donde la ruta se encuentra en condiciones similares de abandono.

El mensaje del Colegio de Ingenieros finaliza afirmando: “No se trata de improvisar tras cada tragedia, sino de prevenirlas mediante planificación. Nunca es tarde para comenzar lo que no se hizo, ni para corregir lo que se hizo mal