Cañuelenses por el mundo: Con el sabor de nuestra ciudad, en Marbella
Sebastián Costa y Andrea Riquelme dejaron la Argentina en junio del año pasado y gracias a la pasión por la comida abrieron un restaurante en España. Hay un postre que lleva el nombre del distrito. Cómo lleva este matrimonio el desarraigo.
Les dieron de comer miles de comensales, formaron cocineros, crearon platos inspirados en Cañuelas y se fueron a Marbella para abrir un restaurante tradicional que estaba cerrado hacía años.
Antes de la crisis económica que se extiende en nuestro país, y del cambio de gobierno, el matrimonio de Andrea Riquelme y Sebastián Costa, ambos de 40 años, quisieron sumar otra experiencia internacional y se fueron perfeccionando, sobre todo en Europa, donde lograron algunos premios. Llevan 20 años entre ollas y sartenes.
Allí, con sus tres hijos (de 7, 16 y 19 años), y algunos familiares de ambos, se fueron al Viejo Continente, donde presentan carnes, pastas, tapas, pero también empanadas, milanesas napolitanas, choripanes, alfajores, dulce de leche, postre Balcarce, todo ello y más en ‘Trapiche’, como se llama el café restaurante que regenteó durante décadas por un matrimonio español, ya anciano, que abandonó el local en la pandemia.
Hicieron la carta con las “cosas que nos gustan” y en ese sentido el postre que más venden se llama “Cañuelas”: tiene chocolate y dulce de leche. “Nací en la tierra del dulce de leche, venimos de allí y no podíamos dejar de tener algo con dulce de leche. Además, hacemos una torta que se llama ‘Buenos Aires’. Esto habla de dónde tenemos el corazón”, afirma Andrea.
“En Cañuelas intentamos varias cosas y nos dieron sus frutos. No nos podemos quejar. Es una ciudad que extrañamos, como el instituto (Instituto Gastronómico Cañuelas) que fundamos y con aprecio por su gente que pasó por allí. Queremos mantener el contacto y generar algo nuevo desde la educación y mantener el vínculo en un futuro”, destaca Sebastián, vía videollamada con El Ciudadano.
Además, el cocinero advierte: “Llegamos y nos estamos sacrificando en un rubro con mucha competencia y que demanda dedicación; con una edad que todavía podemos resistir. Pero como todo comienzo, es muy duro y en un lugar que no era conocido para nosotros”.
Mientras tanto, no dejan de saber de las noticias de la Argentina. “Hay productos allá que son los mismos que acá, pero que están más caros”.
Andrea rememora y levanta la mirada a la cámara. “Vimos que se podía reabrir el local, que le faltaba mano de obra y fue que así arrancamos. Nos encontramos con un potencial y una buena zona, que además es turística, donde los comerciantes antiguos se conocen bien, como en Cañuelas. Así que con un poco de intuición y sacrificio nos pusimos a trabajar. Nada que nos espante. Cuando empezamos con la gastronomía arrancamos con un foodtruck de Mercedes Benz de 1959”, dice desde España.