El fiscal penal de instrucción Javier Berlingieri solicitó la detención de una mujer y su hijo, acusados de perpetrar el robo a mano armada en la casa de uno de Adolfo Giannitti, uno de los fundadores de la empresa Grabya. Para sorpresa del empresario alimenticio, se trata de su empleada doméstica.

Según fuentes oficiales, policías locales allanaron una casa de Máximo Paz, donde concretaron las capturas de Sandra Eguizábal, de 54 años, y Franco Pereyra, de 24. Allí, los uniformados secuestraron un total de 27 relojes, un manojo de llaves y dos teléfonos móviles. Sobre los elementos incautados, la víctima, de 76 años, reconoció como suyos la mayoría de los artefactos, al igual que las llaves y los dispositivos celulares.

Como se informó en la edición del 23 de septiembre, Giannitti fue sorprendido por tres hombres armados mientras descansaba en un cuarto de su casa ubicada en Rivadavia 267, donde unos minutos antes del robo se habían retirado su mujer, Ana Saliba, y su hija. Los malhechores revolvieron toda la casa y se fueron con el rodado del septuagenario, un Mercedes Benz, modelo C250, que todavía no fue recuperado.

Entre los interrogantes que dejó el hecho, a la Policía le llamó la atención  que los sujetos actuaron sin forzar las aberturas. Cuando los investigadores indagaron sobre el acceso a la vivienda, Giannitti les comentó que la única persona ajena a la finca que poseía las llaves era la trabajadora doméstica.

Esta situación explicaría lo ocurrido en la noche del 19 de septiembre. De acuerdo a la Policía, se sospecha que la empleada habría le facilitado el acceso a su hijo para cometer el ilícito. Pereyra tiene las características físicas del hombre que describió el fundador de Grabya en su declaración testimonial, incluso un tatuaje en su mano derecha.

Los elementos secuestrados por los uniformados tienen vinculación con los Giannitti.

El caso, por el momento, tiene a estas dos personas detenidas. Ninguna cuenta con antecedentes penales. Hace 15 años que la mujer se desempeña en esa casa y el joven no tenía vinculación con los Giannitti, con la excepción de una vez fue llevado por su madre para limpiar la piscina.

La aparición a la empleada como una de las protagonistas principales de esta historia delictiva, provocó una serie de comentarios en las redes sociales. Una vez publicada la noticia, muchos descreen que haya tenido que ver con el robo a su patrón. Las evidencias, hasta el momento, no dejan demasiadas dudas.

El fiscal convocó nuevamente a Giannitti a declarar y explicar aspectos de la rutina del empresario y de su entorno familiar. Eguizábal, en tanto, dijo que tenía los relojes en su poder porque de esa manera le había pagado el empresario. Berlingieri no le cree. “Hay varias cosas que no terminan de cerrar y se necesita algo más de información de la denuncia”, aseveró uno de los pesquisas consultado.