En el Reino del Revés, reza el estribillo, “nada un pájaro y vuela un pez”. Ahora, si se pudieran agregar estrofas a esa maravillosa canción infantil, también sería posible decir que “la casta cobra bien y el pueblo menos diez”. Sí, el que trabaja y paga impuestos volvió a ser ultrajado gracias a otra gran muestra de miserabilidad de la política, esta vez desde el Congreso.
Fue tan inmoral el aumento del 152% que aprobaron en el Senado (cuando la inflación acumulada en el año oscila el 51%), que cerraron la grieta.
Porque los kirchneristas y radicales habrán levantado la mano sin rubores, pero el PRO y la Libertad Avanza hicieron mutis por el foro en la sesión. La vicepresidente Victoria Villarruel, en tanto, eligió ser la versión femenina de Poncio Pilato. Ella no es senadora, pero forma parte del Gobierno.
Ante el repudio general, amarillos y libertarios buscaron aclarar que ellos votaron en contra. Y hasta presentaron proyectos para dar marcha atrás con el incremento salarial.
Con 6 de cada 10 pibes pobres, si es cierto que están en desacuerdo, deberían donar la diferencia para un comedor. O colaborar con algún centro de jubilados, licuados por el ajuste. El Presidente Milei pide un esfuerzo, pero la casta cobra sueldos millonarios. Argentina, entonces, se parece a la canción de María Elena Walsh. También, a un país que desafina.