En una semana comenzaría su ministerio pastoral el padre obispo Jorge Torres Carbonell. Desde el Obispado comentan que “si bien hemos planificado el rito y la celebración de la eucaristía ese día, dependemos del permiso municipal para poder tener la certeza del número de participantes, que no podrán exceder los 70 por las dimensiones de la Catedral Cristo Rey y, si no nos autorizan, el número es de 10 participantes como máximo. En cuanto tengamos novedades en este sentido lo comunicamos inmediatamente”. De esta manera se prepara el acto para cubrir el cargo luego de la salida de monseñor Gabriel Barba a su gobierno pastoral en San Luis y por el que estuvo algo más de seis años en nuestro territorio católico.  

Por otro lado, el lunes 13, el padre Fabián Urueña, de los oblatos diocesanos, resultó electo, por el Colegio de Consultores de esta diócesis como administrador diocesano hasta la toma de posesión del obispo electo monseñor Carbonell. 

“La diócesis de Gregorio de Laferrère tiene un altísimo porcentaje de hermanos que viven en situación de pobreza y fragilidad, y por eso los invitaba a cuidar la salud de nuestra gente”, comentaron en una reunión del viernes 31 de julio. 

“Ante el crecimiento de los contagios de coronavirus, el sistema de Salud a punto de colapsar y los muertos, vemos necesario no innovar en el espíritu de la carta anterior con respecto a la apertura de los templos y celebraciones. Estamos en Fase 3 tanto en La Matanza y Cañuelas, que constituyen nuestra diócesis. La asistencia espiritual y ante situaciones de emergencia, los ministros tememos el permiso de circulación”, destacaron los religiosos en aquel encuentro. 

“Que este tiempo de pandemia se convierta en tiempo de gracia, conversión y encuentro. Solo así cuando pase esto, el reencuentro será con miradas purificadas y brazos extendidos”, imploró el padre Ureña.

Leandro Barni – [email protected]